viernes, 16 de octubre de 2015

Crónicas de los Anditas - Parte VII

En estas entradas veremos la penetración andita hacia el occidente desde la Mesopotamia. Recordemos que su carácter al inicio consistía en migraciones más pacíficas.

(895.2) 80:7.2 Alrededor del año 12.000 a. de J.C. una brillante tribu de anditas migró a Creta. Fue ésta la única isla colonizada tan tempranamente por un grupo superior, y pasaron casi dos mil años antes de que los descendientes de estos marineros se expandieran a las islas vecinas. Este grupo estaba constituido por los anditas de cabeza angosta, de estatura más pequeña que se habían casado con la división vanita de los noditas del norte. Todos ellos medían menos de un metro ochenta de altura y habían sido literalmente expulsados del continente por sus camaradas más altos e inferiores. Estos emigrantes a Creta eran muy hábiles en tejiduría, metalurgia, alfarería, plomería y el uso de la piedra como material de construcción. Usaban la escritura y eran pastores y agricultores.

Creta evidentemente demuestra los signos de una perdida civilización superior. Notamos el detalle que los Documentos los consideran anditas de “estatura menor”, pero los sitúa en 1.80 m. de altura. Esto nos enseña que los Anditas “normales” eran mucho más altos. Los Documentos también nos señalan que los cretenses eran anditas mezclados con vanitas (noditas del norte). El refinado arte de Creta nos presenta a individuos con el pelo un poco más oscuro o castaño, aunque también vemos ojos claros y una notable claridad en la piel. En otros casos, el parecido con las pinturas egipcias es notable. Esto demuestra que tanto egipcios como cretenses tenían ancestros comunes.


(895.3) 80:7.3 Casi dos mil años después de la colonización de Creta un grupo de los descendientes de Adansón de estatura alta se abrió camino a través de las islas del norte hasta Grecia, llegando allí casi directamente desde su tierra de origen al norte de la Mesopotamia. Estos progenitores de los griegos fueron conducidos hacia el occidente por Sato, un descendiente directo de Adansón y Ratta.

Tal como analizamos en otra oportunidad, Adansón era el hijo de Adán que vivió en el Kopeth Dagh. Desde allí este grupo llegó a Grecia. Y notamos que estos eran de “estatura alta”, lo cual nos señala que deben haber tenido alturas muy superiores a los dos metros.

(895.4) 80:7.4 El grupo que finalmente se estableció en Grecia consistió en trescientos setenta y cinco de los ejemplares seleccionados y superiores que comprendían el fin de la segunda civilización de los adansonitas. Estos hijos más recientes de Adansón llevaban las cepas por entonces valiosísimas de las razas blancas en cierne. Eran de alto nivel intelectual y, desde el punto de vista físico, los hombres más hermosos desde los tiempos del primer Edén.

Precisamente hay vestigios de estas culturas superiores que dieron la base al pueblo griego. En Micenas hay una puerta de casi tres metros en medio de moles gigantes o cíclopes muy similares a las incas, egipcias o pascuences. Según la mitología griega, Perseo que era descendiente de los dioses, construyó esa ciudad.

Perseo en un fresco de Pompeya.
Note el color de sus
cabellos
La belleza de los primeros griegos a la que hace alusión Urantia es reflejada en mucho del arte y cultura de la época.

(895.5) 80:7.5 Finalmente Grecia y la región de las islas egeas sucedió a Mesopotamia y Egipto como centro occidental del comercio, el arte y la cultura. Pero tal como ocurrió en Egipto, nuevamente casi todo el arte y la ciencia del mundo egeo se derivaba de la Mesopotamia excepto la cultura de los antepasados adansonitas de los griegos. Todo el arte y el genio de este pueblo que surgió más adelante es herencia directa de la posteridad de Adansón, el primer hijo de Adán y Eva, y de su extraordinaria segunda esposa, una hija descendiente directa del puro linaje nodita del Príncipe Caligastia. No es de extrañar que los griegos tuvieran tradiciones mitológicas que remontaban su origen directamente a los dioses y seres sobrehumanos.


Efectivamente las representaciones de estos "dioses" griegos con aspecto humano tienen varios rasgos comunes que son plasmados en el arte. Zeus, Venus, Demeter y hasta la mítica Elena de Troya tienen esos rasgos adanitas y anditas característicos que ya hemos mencionado en las otras entradas sobre las migraciones anditas.

(895.6) 80:7.6 La región egea pasó por cinco etapas culturales distintas, cada una menos espiritual que la precedente, y antes de mucho tiempo la última era gloriosa del arte pereció bajo el peso de los descendientes mediocres en rápida multiplicación de los esclavos de la zona del Danubio que habían sido importados por las generaciones más recientes de griegos.

Cuando los anditas eran mestizados con los pueblos circundantes se producía el fenómeno de volcar esa inteligencia superior en fines bélicos y ahí es donde aparece la guerra en estas civilizaciones avanzadas de la antigüedad. Guerras y expansionismo militar que debilitaría la cultura antigua del Edén y la degradaría en cada generación. No es de extrañar que Alejandro Magno se hiciera rápidamente con un fugaz poderío global.

(895.7) 80:7.7 Fue durante esta etapa en Creta que el culto de la madre de los descendientes de Caín llegó a su apogeo. Este culto glorificaba a Eva en la adoración de la «gran madre». Había imágenes de Eva por doquier. Miles de templos públicos fueron erigidos a lo largo y a lo ancho de Creta y Asia Menor. Y este culto de la madre persistió hasta los tiempos de Cristo, siendo más tarde incorporado en la primitiva religión cristiana bajo el aspecto de la glorificación y adoración de María, la madre terrestre de Jesús.

Nota: La diferencia entre los griegos con los egipcios es que los griegos provenían de una línea adanita más directa, mientras que los egipcios ya procedían de los anditas (una fusión más mestiza).